03 agosto, 2007

¿A mí quién me va a castigar, eh ?

Convengamos en que hay tantos dioses como religiones en el mundo.
Es más: al haber religiones politeístas creo que el directorio de dioses supera largamente a la lista de religiones. Si los preceptos de unos dioses se contraponen -o al menos no incluyen- a los del resto de los dioses, estamos fritos.
Vamos al ejemplo: Un creyente -llamémosle el señor H- cree y adora a un dios -llamémoslo por ahora X32-. El señor H llega hasta la obsesión con el fin de agradar a X32. Sí, también es justo decir que le tiene un reverendo cagazo. Pero el tema aquí es que el señor H no cumple con el resto de los dioses, que para entendernos lo nombraremos conjunto D (de dioses). Entonces, el señor H se muere, finita, kaput, firma para Sportivo Pies Juntos o como usted le quiera llamar al sublime acto.
El Sr H será juzgado oportunamente por X32, seguramente bien, ya que hizo riguroso caso a sus órdenes. Pero hete aquí que los dioses del conjunto D se enojan mal con el pobre señor H, porque no ha cumplido con ellos. Y enojarse mal para una deidad puede significar tirar rayos, centellas, chinos en bicicleta, que lo transformen a uno en una roca o quien sabe qué.
La pregunta es: qué hubiera o hubiese podido hacer el mencionado señor H para zafar de esta incómoda situación? Hizo mal ? Hay alguna organización sin fines de lucro que agrupe a los Sres H y los asesore? Alguna organización de no-creyentes lo puede hacer teniendo en cuenta que el Sr H venera a menos dioses de los que no venera, o se que es más menos-creyente que creyente?
Se los dejo como inquietud.